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Temporal de nieve: La radioafición en primera persona

Temporal: La importancia de las comunicaciones entre radioaficionados

ARGENTINA.- La radioafición en primera persona, Ivan Starikúvich (LU9MZS) contó en las redes sociales la odisea vivida por un temporal de nieve en la Cordillera de los Andes, Mendoza, resaltando la importancia de las comunicaciones entre radioaficionados.

A continuación, el relato publicado: «Hola a todos, mi nombre es Ivan Starikúvich, soy transportista y radioaficionado de Godoy Cruz, Mendoza, y mi licencia es LU9MZS.El pasado 9 de julio en horas de la tarde me tocó quedar varado en un temporal de nieve y viento blanco en alta montaña entre Las Cuevas y la curva de la Soberanía en la cordillera de los Andes.

El tiempo se empezó a complicar, nevaba cada vez más y observé que habían camiones y vehículos particulares, unos 300, en la misma situación que yo. Al ver que nadie en esas condiciones podía transitar para un posible rescate decidí llamar por radio a la frecuencia de los guarda parques del Aconcagua, con los que logré hacer contacto.

A partir de ese momento se montó un operativo de búsqueda y rescate a pie, en horas de la mañana del lunes 10 por parte de la policía de Mendoza. Las dos patrullas, la de Las Cuevas y la que venia de Puente del Inca, no se escuchaban entre sí. Desde la radio de mi camión inicié un puente radial informando las necesidades de cada uno de los vehículos particulares que me rodeaban.
Asimismo me tocó albergar en mi cabina a un matrimonio con una bebé y una mujer embarazada.

Temporal: La importancia de las comunicaciones entre radioaficionados

No podíamos recibir ayuda por parte de vehículos ya que en la curva antes mencionada estaban cruzados dos camiones por el hielo. La gente de Vialidad Nacional trató de hacer un lugar y comenzó un exitoso rescate de mujeres, niños y ancianos, incluida la gente que estaba en mi cabina, con un vehículo oruga de Gendarmería Nacional.

Cerca de media mañana también se hicieron presentes patrullas del Ejercito a pie y algunos lugareños de la zona que fueron los primeros en llegar con víveres. El equipo de Vialidad, logró despejar una mano de la ruta cerca de las 14:00 horas comenzando lentamente a avanzar los primeros vehículos particulares, colectivos pequeños y grandes y pocos camiones, entre ellos el mío, ya que no estaban congelados los frenos ni el combustible.

Otros conductores no pudieron encender el motor de sus vehículos y debieron ser evacuados por las patrullas de rescate para llevarlos a Uspallata. Fui descendiendo con cadenas en las ruedas hasta Punta de Vacas y de ahí en más el descenso fue prácticamente normal.