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24 de mayo: Día del telegrafista

24 de mayo: Día del telegrafista

El 24 de Mayo de 1844, se produce la invención más importante en la técnica de las comunicaciones, con un sistema innovador para la época.

En esa fecha, el inventor norteamericano Samuel Morse, presenta oficialmente su descubrimiento, que consiste en la transmisión de mensajes a distancia, por intermedio de un aparato electromagnético que permite emitir señales que viajan a través de un cableado utilizando las pulsaciones formadas por tres elementos: PUNTO, RAYA y espacio; patentado como código MORSE.

Este descubrimiento, terminó con el aislamiento que venía soportando la humanidad. Una noticia demoraba 45 días entre Europa y América. El cableado se extendió incluso en forma submarina vía oceánica estrechando las comunicaciones entre todos los continentes.

Historia del telégrafo

El primer telégrafo fue ideado por Claude Chappe en 1794, aunque no se trataba de un telégrafo eléctrico. Fundamentalmente era un sistema visual que empleaba una bandera basada en el alfabeto y necesitaba de una línea de visión para la comunicación.

Más tarde, este sistema fue reemplazado por el telégrafo eléctrico. En 1809 un nuevo telégrafo fue creado en Baviera por Samuel Thomas von Sömmerring. Este físico alemán empleó 35 cables con electrodos de oro en agua. La comunicación finalizaba a una distancia de unos 609 metros, y era detectada por la cantidad de gas producido por la electrólisis.

En 1828, el químico e inventor Harrison Gray Dyar inventó el primer telégrafo de Estados Unidos, el cual enviaba chispas eléctricas gracias a una cinta de papel a la que se trataba químicamente para grabar puntos y guiones.

Aun así los cimientos para el desarrollo a gran escala de las comunicaciones electrónicas quedaron establecidas en 1825, con la fabricación del electroimán por el físico William Sturgeon. Este inventor británico mostró el poder del electroimán gracias al levantamiento de unos 4 kg. empleando sólo un trozo de hierro de unos 200 gr. que estaba recubierto de cables por los que transitaba la corriente de una batería. No obstante, el verdadero poder del electroimán es su papel en la fabricación de incontables inventos en el futuro.

En 1830, el físico estadounidense Joseph Henry enseñó el potencial del electroimán de Sturgeon para ser empleado en las comunicaciones a larga distancia. Para ello envió una comunicación electrónica a través de un cable que medía 1,6 kilómetros que activó un electroimán, el cual hizo sonar una campana.

Joseph Henry contribuyó enormemente al mundo del electromagnetismo y es considerado el primer inventor del telégrafo, eclipsado posteriormente por Samuel Morse.

No obstante, fue el estadounidense Samuel Morse quien ingenió con éxito el electroimán y perfeccionó el invento de Joseph Henry. Samuel Morse, que era inventor y pintor, realizó los bocetos de un “imán magnetizado” basándose en el trabajo de Henry. Ideó un sistema de telégrafo que fue puesto en práctica y consiguió ser todo un éxito comercial.

Mientras era profesor de arte y diseño en la Universidad de Nueva York, Morse probó que las señales podían ser transferidas por cable. Empleó pulsos de corriente para desviar un electroimán, el cual se encargaba de mover un marcador para generar códigos escritos en una tira de papel (lo que se conoce como código Morse). Al año siguiente, el artilugio fue modificado para poder integrar puntos y guiones. Realizó una demostración pública en 1838, pero tuvo que esperar cinco años para que el Congreso le financiara el proyecto y le diera 30.000 dólares con los que cimentar una línea telegráfica experimental de 64 kilómetros desde Washington a Baltimore.

Este pulsador es de 1844-1845 y fue elaborado por Alfred Vail como una mejora del telégrafo original de Samuel Morse. Alfred Vail ayudó a Morse en el desarrollo de un sistema práctico para enviar y recibir señales eléctricas por un cable, como pudieron demostrar con éxito en 1844.

Pasados seis años, los socios del Congreso presenciaron el envío y recepción de mensajes mediante una parte de la línea telegráfica. Samuel Morse y sus ayudantes consiguieron fondos privados para extender su línea a Filadelfia y Nueva York, y se empezó a emplear el telégrafo en pequeñas empresas. En 1861, Western Union fabricó su primera línea telegráfica transcontinental a través de las vías del ferrocarril. En 1881, el sistema postal telegráfico alcanzó las zonas rurales por razones económicas, y se vinculó con Western Union en 1943.

El código Morse original era impreso en una cinta. No obstante, en Estados Unidos se desarrolló la operación en clave de oído. Un trabajador eficiente podía transmitir entre 40 y 50 palabras por minuto. La transmisión automática fue introducida en 1914 y conseguía gestionar más del doble de esa cifra.